Museo MALBA


           Buenos Aires tiene rincones que merecen ser destacados. Uno de ellos es el museo MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) en el barrio de Palermo. Un espacio en el cual se presentan exposiciones de diversas índoles, donde uno puede aprender y conocer más del arte, y disfrutar de varias de las actividades que la institución brinda.
            Para ingresar al imponente sitio hay que subir unas escaleras que conectan con el hall, donde se encuentra la recepción para comprar las entradas, ya que es una institución privada que se mantiene de colaboraciones y lo que la gente paga. El MALBA cuenta también con un cine en el que se presentan varias películas tanto nacionales como internacionales, ciclos literarios y variadas actividades y eventos que se van agregando a la agenda. También cuentan con el servicio de una pequeña tienda en la que se venden entre otras cosas, artículos electrónicos, accesorios, elementos para el hogar y libros.
La luz juega un papel fundamental. Hay un muy buen sistema de iluminación y el lugar tiene con grandes ventanas, lo que permite disfrutar completamente de las producciones. Además, cada salón está muy bien ubicado y cuidado, hechos perfectamente para no crear distracciones y que solo resalten los trabajos. El diseño del bello edificio hace que todo aquel que pase por la Plaza República del Perú sobre la avenida Figueroa Alcorta, donde está ubicado, se detenga a observarlo.
            Por año hay cuatro exposiciones grandes que duran tres meses cada una, además de la muestra permanente. Una de las temporarias, que se encuentra en un iluminado salón de la planta baja, es de la arquitecta argentina Cristina Piffer quien exhibe sus trabajos realizados con materiales orgánicos, tales como sangre deshidratada en polvo, grasa y carne de vacas. Con esto intenta relatar la historia y política de la Argentina del siglo XIX.
            Arte Latinoamericano del siglo XX es el nombre de los trabajos permanentes que se encuentra en el primer piso del lugar. Hay obras desde los años 10 hasta los 90 que cuentan con distintas técnicas. Además de cuadros de distintos tamaños, hay objetos que necesitan de electricidad para prenderse y dan luz, giran o simplemente crean efectos visuales muy entretenidos.
            En ese sector hay varios trabajos del fallecido pintor argentino, Antonio Berni, quien se caracterizó por el fuerte contenido social que tenía cada una de las obras que produjo. Una de las particularidades que tienen algunos de sus cuadros es que no solo fueron hechos en base a acrílicos, sino que para que parecieran más reales les colocó telas simulando ser ropa o decorados de la propia pintura, para que parezcan más reales.
Cada sector tiene elementos que irradian arte. Los bancos en los que los visitantes pueden sentarte para descansar del recorrido son muy peculiares. En el primer y segundo nivel hay dos asientos de madera, cuyas terminaciones continúan por la baranda y la pared del lugar, creando así un efecto de enredadera. También hay elementos colgados, obras y esculturas por los pasillos que decoran y hacen un lugar de pura maestría.
Sus empleadas aseguran que no pueden definir la cantidad de personas que van diariamente porque es muy variable y depende de las muestras que se estén presentando. Lo que si es cierto es que el museo recibe más cantidad de visitas en los meses de enero y febrero y durante el año hay una gran concurrencia de personas extranjeras, en su mayoría provenientes de Brasil.




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